La Bodega Original

La antigua bodega data del siglo XV, época medieval en la que había una superproducción de viñedos en la comarca y en la que los señores feudales hacían acopio de grandes cantidades de vino para el consumo de sus ejércitos.

La bodega está excavada sobre un terreno elevado de arcilla durísima y aún se conservan las marcas de las picas en las paredes y bóvedas. Consta de tres naves, dos de ellas en un mismo plano de 15 metros de largo cada una y una más en un plano inferior de 12 metros de largo, donde se aloja el pozo cartesiano.

La construcción de las bóvedas nos recuerdan a los arcos y nervaduras de las iglesias góticas, detalle curioso, aunque no extraño si tenemos en cuenta que data de la misma época.

Del mismo modo, cada nave consta de una chimenea de ventilación, conocidas con el nombre popular de “Saitín”, palabra autóctona de origen judío que significa “satán-saitán del fondo de la tierra”. En el exterior se levantan dos edificaciones. Una que da cobertura a la entrada de la bodega propiamente dicha y otra que alberga el lagar. Ambos inmuebles están comunicados por un pasadizo subterráneo.


El lagar es un edificio preindustrial de finales del siglo XVIII. Tal y como hoy lo conocemos se construye a finales del siglo XVIII, coincidiendo con la construcción del ramal norte del Canal de Castilla.

Se construye, como decimos, con un sistema operativo moderno para su tiempo, capaz de producir grandes cantidades de mosto para dar respuesta a la fuerte demanda de vino que en esos momentos se producía, debido a la gran masa de obreros que la construcción del Canal de Castilla movilizó.

El lagar consta de una nave en planta de 16 metros por 7 metros de ancho, construido en tapial y piedra de sillería en sus fachadas laterales y ladrillo rústico de fábrica y piedra de sillería en su fachada principal. La cubierta está montada sobre cerchas de madera al más puro estilo español.

El sistema productivo para la extracción del mosto estaba montado por el sistema de viga de madera de olmo de 12 metros de largo y piedra de contrapeso. Esta edificación con su sistema operativo intacto, es el único edificio preindustrial de finales del siglo XVIII que se conserva en Frómista (Palencia).